Es un partido de muchos kilates: el aurinegro intentará alcanzar algo inédito, que son dos victorias consecutivas en el Clausura; el negriazul va por más.
De un lado, un equipo que está sólido. Que se ve firme. Que juega bien y gana. Que mostró su fortaleza en la Libertadores. Ese es Liverpool. Del otro lado, un equipo que viene de conseguir una gran victoria ante Wanderers, que alejó los aires pesimistas que reinaban por encima de las cabezas de todos sus protagonistas. Que ni algunas dificultades ni malos momentos, ni puntos perdidos de manera increíble, han evitado que se sostenga en la pelea. Ese es Peñarol.
Belvedere va a entregar un choque de alto vuelo. De enorme relevancia para la resolución del Torneo Clausura y también para el Campeonato Uruguayo.
Apropiarse de los tres puntos en juego tendrá un peso mayúsculo. De 24 kilates. Sí, de muchos kilates, porque ganar en Belvedere perfilará definitivamente la recta final en beneficio de uno y otro. Y hasta afectará de manera directa el recorrido que realizan los otros equipos que están peleando el certamen.
Para Liverpool sería dar un golpe bien fuerte. El mensaje final para el resto de los contendientes de su actual estado de forma y el impulso definitivo para sus jugadores.
Para Peñarol sería recibir la llave del cofre de seguridad en el que se guardó mucho más que un lingote de oro.
Lo llamativo para el aurinegro es que alcanzar la imposición frente al Negriazul le reportaría una situación inédita en el Clausura: obtendría una segunda victoria consecutiva.
Belvedere va a entregar un choque de alto vuelo. De enorme relevancia para la resolución del Torneo Clausura y también para el Campeonato Uruguayo.
Apropiarse de los tres puntos en juego tendrá un peso mayúsculo. De 24 kilates. Sí, de muchos kilates, porque ganar en Belvedere perfilará definitivamente la recta final en beneficio de uno y otro. Y hasta afectará de manera directa el recorrido que realizan los otros equipos que están peleando el certamen.
Para Liverpool sería dar un golpe bien fuerte. El mensaje final para el resto de los contendientes de su actual estado de forma y el impulso definitivo para sus jugadores.
Para Peñarol sería recibir la llave del cofre de seguridad en el que se guardó mucho más que un lingote de oro.
Lo llamativo para el aurinegro es que alcanzar la imposición frente al Negriazul le reportaría una situación inédita en el Clausura: obtendría una segunda victoria consecutiva.