lunes, 28 de marzo de 2016

Así se construyó el "Campeón del Siglo".

Se terminó la espera: tras más de dos años de obras, Peñarol inaugura su nueva casa.





Arduo trabajo. Las excavadoras fueron usadas para la nivelación del suelo.

Se terminaron las maquetas. También los cánticos con burlas del tradicional rival. Peñarol tiene su nuevo estadio y trasladará toda su gloria a la Ruta 102, entre camino Mangangá y Camino de los Siete Cerros.

Luego de aprobarlo en Asamblea entre los socios, conseguir el apoyo económico de los hinchas y obtener el préstamo del BROU, los fanáticos mirasoles podrán ingresar, al fin, a su nueva casa.

Poco más de dos años de obras hicieron que ese descampado se transformara en este monstruo que a partir de esta misma noche podrá albergar a más de 40.000 almas.

La espera se hizo eterna, es cierto. Tan solo los primeros seis meses del proyecto se abocaron al movimiento de tierra. Pocos creían en que esto se pudiera hacer realidad, pero ya cuando se encaminaba al año de trabajos, el estadio comenzó a tomar forma.

Ya todos los conductores que pasaban por la ruta no podía obviar ese monstruo de cemento que comenzaba a levantarse y que dejaba en claro que esta vez sí el sueño se llevaría a cabo. "La maqueta es una realidad", dijo irónicamente en varias oportunidades el presidente Juan Pedro Damiani respondiéndole a aquellos que creían que esta construcción era inviable.

Pasaron los planteles, también los técnicos, se fueron dos ídolos como Antonio Pacheco y Pablo Bengoechea mientras el estadio comenzaba a tomar color con las butacas amarillas y negras en la tribuna oficial que luego adoptaría oficialmente el nombre de Frank Henderson. También se promovieron juveniles, que hoy serán protagonistas directos de la fiesta, y se repatrió a un hijo pródigo de la institución: Diego Forlán. Pasó mucha agua bajo el puente mientras el club transitaba días históricos.

Desde 1929 a esta parte, cuando por primera vez se plantearon construir un estadio propio, Peñarol recién ahora podrá cumplir el sueño de la casa propia.

El Campeón del Siglo lo espera rodeado de leyendas y con la ilusión de que nuevos hitos sean concretados entre esas cuatro tribunas. Los hinchas podrán seguir cantando: "Vamos carbonero, hay que poner huevo, dar la vuelta en el estadio nuevo...".

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