Gastón Martirena fue titular en la Academia y dio la asistencia para el segundo gol, mientras que estuvieron en el banco de suplentes y no ingresaron Martín Barrios y Adrián Rocky Balboa. En el Fogão, jugó el argentino nacionalizado uruguayo Alexander Barboza y luego entró Mateo Ponte.
La victoria en suelo carioca constató la enorme superioridad de los hombres de Gustavo Costas, que ya habían ganado sin problemas en la ida por idéntico resultado. Matías Zaracho, que entró en el descanso para sustituir a Luciano Vietto, y Bruno Zuculini certificaron el título para el conjunto argentino con dos goles en 20 minutos en la segunda mitad.
Botafogo es otro sin el brasileño Luiz Henrique y el argentino Thiago Almada, los dos fichajes más caros de la historia del club que pertenece al magnate estadounidense John Textor. Ambos hicieron las maletas rumbo a Europa.
El Fogão dominó, rondando por momentos el 75% de la posesión de la pelota, pero de nada le sirvió. La Academia se sintió cómoda y solo sintió algo la presión en la recta final del primer tiempo, cuando los locales amagaron con despertar.
A la escuadra visitante le hizo falta muy poco para pisar los dominios de John Victor, que mantuvo la igualdad con varias paradas de mérito hasta el segundo tiempo. El arquero brasileño sacó una mano milagrosa para desviar un disparo colocado de Maximiliano Salas, que no se cansó de intentarlo. Hasta el zaguero Nazareno Colombo se permitió el lujo de rematar solo dentro del área, pero ahí estaba John Victor.
El mismo final tuvo una falta peligrosa de Vietto. La mejor oportunidad del Botafogo llegó a balón parado, en una falta lateral de Alex Telles que cabeceó, con los dos pies en el suelo, Alexander Barboza. Esta vez fue Arias quien tocó lo justo para que el esférico se estrellara en el travesaño.
En la segunda mitad, los avisos de Racing se transformaron en goles. El encargado de asestar el primer golpe fue Zaracho por medio de un latigazo cruzado que se coló en el ángulo de un inmóvil John Victor.
Botafogo dejó de creer. Racing olió sangre y marcó el segundo. Error garrafal de Telles en la defensa, robo de Zaracho y entre Martínez y Martirena se inventaron una jugada que finalizó Zuculini, tras un control con el pecho.
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