Como en el boxeo, el encuentro entre Wanderers y Atenas fue golpe a golpe. Piña por piña. Con errores de ambos, es cierto, pero brindaron un partido superemotivo y abierto hasta el último minuto.
Los carolinos sorprendieron de entrada y se encontraron con dos goles de ventaja. Santiago Barboza puso el 1-0 a los 4’ tras quedar cara a cara con el arquero y a los 15’, Rodrigo Cabrera la empujó en el borde del área chica y enmudeció al Viera. Encima, como si fuera poco, Emanuel Gularte sintió un “pinchazo” y pidió el cambio. Peor panorama para los de Eduardo Espinel, imposible.
Sin embargo, el “Bohemio” se despertó y rápidamente se puso a tiro. Diego Riolfo descontó siete minutos más tarde tras una gran jugada colectiva. El equipo entró al área a puro toque y el talentoso mediopunta la acomodó y definió tras una gran pared con “Nacho” González.
El partido siguió en la misma sintonía: con la pelota de área a área. Sin pasar por el medio.
A los 34’, en una de esas arremetidas, Wanderers llegó al empate gracias a un tiro penal que Rodrigo Pastorini transformó en gol.
El complemento se hizo de ida y vuelta y el triunfo pudo ser para cualquiera. Solo les faltó un poco más de precisión en los últimos metros. Lo cierto es que el punto le cayó mejor a la visita.
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