José María Giménez, pilar defensivo y peligroso en el área rival.
El Centro de Retirados Militares de Toledo fue el escenario para que el gobierno local le rindiera un homenaje a José María Giménez, jugador oriundo de esa localidad del departamento de Canelones que defendió a la selección uruguaya en el Mundial de Rusia 2018 logrando el quinto puesto.
Sobre las 10:00 de la mañana, el actual jugador del Atlético de Madrid que disfruta de unos días de descanso en Uruguay, llegó al local donde se llevó a cabo el homenaje y de inmediato fue abordado por una gran cantidad de gente en la calle.
Cientos de niños, jóvenes y adultos rodearon al zaguero de la selección uruguaya procurando una foto, un autógrafo o un saludo al futbolista que no reparó en ningún momento y que disfrutó de ese momento junto a la gente de su ciudad.
Ya dentro del local del Centro de Retirados Militares, las autoridades de Toledo saludaron a “Josema” y le hicieron ver un video preparado especialmente para esta ocasión en una sala repleta en la que colgaron una bandera uruguaya con una foto de Giménez y una leyenda que decía “Gracias Josema, Toledo orgulloso de vos”.
Las lágrimas del jugador no demoraron en aparecer. La emoción y la alegría se juntaban nuevamente, pero esta vez fuera de una cancha. Fue junto a la gente de su ciudad.
“Es difícil hablar después de ese video que me emociona mucho, sobre todo porque es la imagen de lo que vive un niño y no solo de Toledo, sino de todos los uruguayos. Es la imagen que nos representa a todos porque esos gurises están todo el día con la pelota”, dijo Giménez.
El futbolista agregó que “esa imagen de lo que era mi casa me emociona porque ahí es cuando pensás en todo lo que tuviste que pasar, las veces que salías para la escuela bien temprano, el sacrificio y el frío que pasaba mi padre en moto para llevarme a entrenar. Se te pasa todo eso por la cabeza y no me alcanzan las palabras para agradecer todo lo que han hecho por mí. Lo valoro un montón y estoy muy agradecido”.
“Gracias por soñar conmigo y con la selección. Gracias por el apoyo. Esperábamos lograr el campeonato y no se dio, pero la gente entendió el esfuerzo. El Mundial es muy difícil”, explicó el zaguero.
Giménez también recordó a su escuela y le dejó un mensaje a los más chicos: “La 176 fue mi educación y siempre voy a estar agradecido. Me encanta que los niños me estén escuchando ahora y solo puedo decirles que sigan yendo a la escuela, que estudien, que le hagan caso a sus maestras y que lo que quieran hacer se lo propongan, que lo sueñen, lo imaginen y lo persigan siempre”.
Por otra parte, el intendente de Canelones, Yamandú Orsi, habló acerca de lo que significa este momento y recordó cuando en 2010 recibió a la selección en la capital canaria con Diego Lugano a la cabeza. “En esa época empezó el vínculo, pero hoy tenemos tres jugadores, Cristhian Stuani de Tala, Matías Vecino de San Jacinto y “Josema” de acá de Toledo. El Complejo Celeste también está en Canelones y es otro pedacito de nuestra gloria. Hay jugadores de cada rincón del país que hoy son ídolos. Esto es un homenaje a lo que hacen y es un reconocimiento a los valores que transmiten”.
“Hay que soñar”.
José María Giménez habló con los medios presentes en el homenaje en Toledo y se mostró muy orgulloso de ciudad: “Que se siga manteniendo el Toledo Juniors es una alegría muy grande porque acá jugué y comencé en esto del fútbol”.
Acerca del regreso a su ciudad, “Josema” expresó que “la gentes siempre me recibe muy bien y es comprensiva porque en esto del fútbol a veces es complicado venir por los tiempos, pero siempre que puedo trato de hacerlo porque es mi pueblo y esta es mi gente. Es bueno estar con ellos también”.
Consultado por sus lágrimas en el cierre del encuentro ante a Francia, el zaguero dijo que “no sabía que la gente se lo había tomado con tanta lástima, pero es lo que sale de adentro de uno cuando ves que se escapa una oportunidad única. Ahí pensás en todo el recorrido que tuvimos que hacer para llegar a ese Mundial y el sacrificio. Fue doloroso pero siempre tratamos de aspirar a lo máximo y saber que se iba esa oportunidad me dejó muy mal”.
“Después me di cuenta en el vestuario que había compañeros que estaban peor que yo, pero estoy orgulloso del plantel, de mis compañero y de lo que Uruguay”, agregó.
Giménez recordó también su niñez y dijo que “Toledo es todo para mí. Saber que mi padre se levantaba a las 6:00 de la mañana para ir a trabajar, que volvía a las 18:00 para llevarme a entrenar y luego poder verlo en la tribuna de un estadio del Mundial y gritando un gol mío fue lo máximo”.
El zaguero celeste dejó un mensaje para los más chicos y fue claro: “Solo les puedo decir que sueñen. Yo soñé y así pude llegar a donde estoy hoy. Con mucho esfuerzo y sacrificio, pero siempre soñando. Hoy sueño con seguir soñando y aportándole cosas a la selección y al fútbol”.
José María Giménez junto a Lucas Torreira tras el partido con Francia.
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