El máximo dirigente aurinegro explicó que no se trató de una presión y que ese tipo de llamadas se dan “en todos los clásicos” y “en todo partido de convocatoria masiva”. “Está mirando más Netflix Manta que yo en el reposo”, comentó Ruglio, quien fue operado el pasado fin de semana y ya está de alta.
“En todos los clásicos te llama el jefe de seguridad y te dice que quedaron 60, 100 personas afuera del estadio. El jefe del operativo le dice; ‘olvídense porque las retiramos’ o ‘es más peligroso retirarlas que meterlas’. Los que somos dirigentes sabemos que siempre pasa eso”, explicó Ruglio.
“Quieren que resolvamos la seguridad que no pueden arreglar en el mundo”
Cuando la opción es hacer ingresar a los hinchas para evitar posibles disturbios en las afueras del escenario, se procura “hacer una trazabilidad, que entreguen sus documentos y entren”, pero siempre en acuerdo con la AUF. “No hay un dirigente tan boludo que diga, cuando está todo grabado, que entren 100 sin pasar por ningún control. Yo llamo a la AUF, y la gente de AUF me dice que va a pedir los documentos y entran sin pagar”, comentó.
“No podemos aceptarlo como que esté bien, pero en la final de la Copa América en Estados Unidos, en la meca de seguridad, les pisaban la cabeza a los chalequitos. Quieren que los dirigentes de fútbol, y uruguayos, resolvamos la seguridad de los espectáculos masivos que no pueden arreglar en el mundo”, justificó el máximo directivo aurinegro.
“En Peñarol no hay un barrabrava rentado, no hay un sueldo, no hay un estacionamiento. Lo que hay es una lista de gente que ingresa por partido y pasa por AUF. Es lo que me pidió el Ministerio del Interior hace cuatro años y lo cumplo siempre a rajatabla”, aclaró Ruglio.
El trato de Nacional en el Gran Parque Central: “Unos caballeros”
Ruglio no estuvo presente en el clásico del pasado domingo por la operación a la que tuvo que ser sometido el sábado, pero sus compañeros del Consejo Directivo de Peñarol le pidieron “que agradeciera a Flavio [Perchman] y Ricardo [Vairo] por el trato” brindado, ya que se comportaron “como unos caballeros”.
“Nunca nos habían tratado así en el Parque Central y se lo agradecí a Flavio y Ricardo. Fue impresionante el trato y el respeto con el que nos trataron”, destacó, y lamentó que en clásicos anteriores “el destrato era gigantesco”. “Nos mandaban por la escalera a que nos tiraran todos los vasos y nos putearan las cuatro horas y pico”, recordó.
Este domingo, “Flavio hizo de ascensorista”. “Hablo mucho con él y tres días antes le pedí eso. Nosotros les ponemos hasta un ascensor bloqueado para ellos y los palcos no tienen comunicación con nadie. A nosotros nos ponían gente cuatro horas a putearnos. Me dijo que eso no nos iba a pasar más y cumplió”, concluyó.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario