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Los dirigidos por Fabián Coito tuvieron un arranque muy venturos en la fase de grupos, uno donde no estaban ni Argentina, ni Brasil o Colombia y el que lo ganó con una fecha de anticipación.
Triunfo 2-1 ante Chile, 6-0 con Paraguay y 2-0 ante Perú marcaron nueve puntos de nueve, algo que ilusionaba, pero que marcaba el principio de una caída pronunciada en el torneo de la cual no se recuperó más.
Es más, de allí en adelante sumó un punto de quince posibles, con cuatro derrotas y un solo empate, lo que lo terminó de marcar la implosión de un equipo donde sus principales figuras no funcionaron.
Caída con Venezuela (1-0) para cerrar el grupo inicial y llegar al hexagonal final donde al estar Chile, organizador del Mundial, cinco de los seis participantes clasificaban a la máxima cita del deporte, esa a la que los nuestros no faltan desde el 2007.
En esta instancia todo se hizo cuesta arriba con derrotas consecutivas con Brasil (1-0) y Argentina (4-3), un tímido empate con los trasandinos y ahora con la caída 1-0 con Paraguay, un adversario al que le supo ganar por seis en la primera instancia.
Un punto de doce posibles marca la actualidad de un equipo que no encontró puntales de personalidad para liderar, ni tampoco un juego asociado que le permitiera prevalecer contra algunos rivales de corte inferior, pero además con futbolistas muy cascoteados desde lo físico que llegan muy disminuidos a los cierres de los encuentros.
Otro dato es que Coito solo una vez pudo repetir el once de un duelo al otro, que fue en los choques de Brasil y Argentina, ambos con resultados adversos.
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