miércoles, 22 de enero de 2020

Sin urgencias deportivas, este será un año de transición para Nacional y Decurnex

Fuente:https://www.ovaciondigital.com.uy/

Con el título bajo el brazo, las necesidades de la institución pasan ahora por lo financiero y en lo futbolístico la prioridad es consolidar el estilo de Gustavo Munúa.
Prolijidad y cristalinidad en la administración de la institución. Eso fue lo que prometió -entre otras cosas- durante la campaña electoral José Decurnex. Los socios lo eligieron como presidente de Nacional y durante su primer año tenía un gran desafío: evitar el tricampeonato de Peñarol.

Decurnex no era un ignoto, porque ya había estado en la comisión directiva tricolor durante la presidencia de Eduardo Ache, quien por otra parte apoyó su candidatura. Estaba bien respaldado, porque la fórmula la completaba Alejandro Balbi como vicepresidente y varios dirigentes más con pasado en la institución, como José López Rubio, Raúl Giuria y Antonio Palma.

Más allá de la amplitud con la que se impuso en las urnas, habían ciertas dudas sobre Decurnex, pues su pasado como dirigente había sido muy breve y luego de la experiencia con José Luis Rodríguez al frente de la institución se confiaba más en su exitosa experiencia como empresario que la que tenía en el fútbol.

Y allá salió Decurnex y compañía a pelear el 2019, con muchos compromisos financieros por cumplir, un Gran Parque Central endeudado y con obras paradas por falta de dinero pese a que los palquistas habían pagado sus cuotas, y con esa espada de Damocles deportiva blandida sobre su cabeza.

El 31 de diciembre de 2018 lo primero que hizo fue tomar coraje y comunicarle a los futbolistas que no iban a continuar de la decisión. “Sabés lo difícil que es decirle eso a un trabajador cuando está por cortar el pan dulce”, le confió a Ovación en una entrevista.

Lo segundo importante fue elegir el cuerpo técnico. Optó por el argentino Eduardo Domínguez y no le fue bien. Fue su primer gran error, que luego enmendó destituyéndolo a la quinta fecha y nombrando a Álvaro Gutiérrez, a quien en realidad debería haber designado en primera instancia. Con él vaya si acertó: fue campeón uruguayo.

Luego encaró a los palquistas y les pidió un nuevo esfuerzo para retomar las obras en el estadio.

La necesidad de ser campeón (o que no lo fuera Peñarol) lo llevó a otro error: realizar nueve contrataciones al inicio de la temporada, la mayoría de ellas sin que le hayan dado grandes frutos. El que más jugó fue el zaguero Felipe Carvalho, quien no seguirá en Nacional porque su estilo futbolístico no se adapta al que pretende el nuevo técnico, Gustavo Munúa. Otro que jugó bastante, pero sí continúa, es el volante Felipe Carballo.

Pese a todas las contrataciones, Nacional no se empeñó. Con más ingenio que dinero, Decurnex logró incluso renovar al goleador y capitán Gonzalo Bergessio y bajar notoriamente el presupuesto de la institución.

En este 2020 inicia su segundo año de mandato y ya sin tantas urgencias. Con las enseñanzas que le dejó el primer año y con el título abajo del brazo, los desafíos deportivos de Nacional son tres: proyectar y consolidar juveniles, establecer una línea de juego con el retorno de Munúa desde Europa y hacer una buena Copa Libertadores, con el ingreso importante de dinero que ello conlleva. Es por eso que hasta ahora solo hubo una incorporación: Ayrton Cougo.

Será un año de transición deportiva y de culminación de obras en el Parque Central.

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