Sobre esa jugada, dijo que picó al área cuando Nicolás López fue a capturar la pelota, intuyendo que iba a tirarla donde cayó, y recibió un aviso fundamental para la resolución de la jugada. “Seba Coates me gritó ‘solo’, así que sabía que tenía tiempo para pararla de pecho y definir”, explicó.
Tras el eufórico festejo junto a sus compañeros, de cara a la tribuna Colombes, se acercó a una de las cámaras de la televisión y puso los dedos índices al costado de los ojos, en clara señal de dedicatoria a su padre, el Chino Recoba. “Tengo una promesa que no voy a contar con mi padre, una cábala que queda entre él y yo. Me emocionó mucho y se lo dediqué a él”, dijo.
“El penal lo encontramos en el momento justo. Después fuimos bastante más dominantes hasta un momento que se nos venían arriba y pudimos hacer el segundo gol, que nos sirvió para terminar tranquilos el primer tiempo”, analizó quien comenzó jugando como extremo por el sector izquierdo.
“Estoy contento por cómo se dio todo, por el grupo y la familia, que siempre están, y por la confianza que me dan los compañeros y el cuerpo técnico”, contó Jeremía, quien valoró la presencia de los referentes del plantel. “Me dan mucho para adelante, me advierten y me dicen cómo manejarme día a día. Gracias a ellos tenemos los juveniles que tenemos. Estoy contento de estar con ellos en el grupo”, expresó.
De cara a lo que viene, dijo que es momento de “festejar con la familia y ya el miércoles enfocarse en Torque”, que será el rival del próximo domingo a las 19:30. “El clásico que viene es el importante. Hay que pensar así, siempre para adelante. El partido que viene siempre es el más importante”, concluyó.
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