El Tricolor se adaptó rápidamente al sistema utilizado por el entrenador y eso le permitió hilvanar una buena racha de resultados, los cuales mejoraron con respecto a los conseguidos por el equipo cuando era dirigido por Martín Lasarte, quien se marchó el 30 de marzo.
Desde ese entonces, el cuerpo técnico de Lasarte, incluyéndolo a él, ha hablado poco y nada. Pero este miércoles Esteban Conde, uno de sus ayudantes, rompió el silencio y cantó todo lo que vivieron en los últimos meses.
“Uno vive como un duelo estas situaciones; es saludable pasar por ese proceso”, comenzó diciendo, y comentó que está “tomando un poco de distancia, reflexionando, pasando raya, volviendo a la tranquilidad”.
“Me ha costado bastante ver los partidos porque la sensación es que la herida está abierta”, señaló. “Es necesario separarse un poco, salirse de esa cercanía que uno tenía, de estar involucrado en el día a día”, añadió a La mañana del fútbol de radio El espectador Deportes.
“El contexto en el que continuamos no fue el ideal. No era sencillo, pero se dio la oportunidad, y si le das a elegir a alguien que está involucrado en el club, y lo quiere, de si estar o no estar, siempre íbamos a preferir estar. Y más teniéndonos fe de revertir la imagen que había quedado a final del año pasado”, indicó.
“Nosotros elegimos seguir, sabiendo las dificultades y que íbamos a tener que remar mucho para intentar salir. Es un club al que queremos un montón y siempre íbamos a elegir estar”, dijo.
“Desde nuestra llegada logramos algunas cosas muy buenas, pero no se cristalizó en el Campeonato Uruguayo, que al final era el objetivo”, afirmó, y ahondó: “También en un contexto en el que Peñarol logró números históricos, nosotros también, pero no nos alcanzó. Lo tomamos como una revancha. Sentimos injusto el cierre, que merecíamos más”.
La continuidad del cuerpo técnico “se dio en un contexto electoral bastante complicado, que no era el ideal”. “Lo intentamos por todos los medios: fuimos buscando soluciones, cambios de sistemas, de jugadores, pero llegamos a una instancia en la que parecía que estábamos con la nube negra”, explicó.
Comentó que el partido con Juventud es el fiel reflejo de esa “nube negra”. “Fuimos a todo o nada, y fue el típico partido que sellaba nuestro destino para un lado o para el otro: ganábamos a la heroica con un jugador menos o lo perdíamos”, amplió, y firmó que “era previsible” que no fueran a continuar tras la derrota 1-2 porque ya venían con “un cuestionamiento; a veces fue desmedido”.
Con respecto a los cuestionamientos hacia Lasarte, apuntó: “Por su historia en el club, hubo momentos en las que fueron desmedidas. No todos los equipos juegan bien siempre, y a veces ganan jugando mal. A nosotros nos tocó ganar un partido, pero no como la gente quería, y fueron muy duros. Son las reglas del juego hoy en día y parece que, si no hacés tres goles, está todo mal”.
Y se refirió a las declaraciones que el vicepresidente, Flavio Perchman, hacía constantemente: “No sé si eran cuestionamientos u opiniones. Es poco común que un dirigente diga abiertamente ese tipo de cosas, pero no fue solo con nosotros: lo sigue haciendo. Cada uno dirige el club como quiere o como lo siente”.
“Que genera cosas, genera cosas. Es evidente. Capaz que no tiene esa intención o no lo logra ver, pero en definitiva genera incomodidad porque tiene repercusión”, mencionó.
Sobre por qué no utilizaban más a Lucas Villalba, fue claro: “Fue un proceso. Se cambió mucho el plantel de un año a otro y hoy en día los grandes tienen que jugar clásicos en el verano. Este año se dio la Supercopa, y todo eso va retrasando el proceso de asimilar un modelo de juego. Lo que pasa es que en un equipo grande no hay tiempo”.
Y cerró hablando de la suplencia de Nicolás López en los últimos partidos del cuerpo técnico: “El fútbol es de equipo, no únicamente de individualidades. Este año los rendimientos del equipo fueron dispares”.